En Escucha Podcast no escribo casi nunca sobre podcasts en inglés. Es una decisión política, de proyecto. Es difícil, implica tomar riesgos, sufrir y —sobre todo— muchas más horas de trabajo al año. También implica menos vagancia y una decisión de impulsar el podcast en nuestro idioma.
Podría replicar los gustos de Nick Quah con algún aderezo y opinión personal. Podría hacer versiones comentadas de los mejores podcasts del año del New Yorker. Pero ya existe quien hace eso en español y no le veo valor agregado: siempre es mejor leer las publicaciones originales (si no manejamos English, con un traductor).
Toda esta introducción para contar algo: en mi descanso escucho podcasts en inglés. Narrativos, documentales, algún true crime (me siguen costando, siempre demasiado ketchup), de vez en cuando ficciones. Me sirve para limpiar la cabeza, para acomodar la vara (?), para escuchar podcasts por puro placer. Porque, claro, trabajo de esto y, además de tener mucho respeto por mi tiempo libre (como trabajador freelance soy un nazi de las horas de descanso), la obligación y la necesidad muchas veces compiten con el placer. Tener que llegar a una deadline, correr con alguna escucha, manijearme con un estreno o adelanto, armar algo fabuloso y genial que se me ocurrió para… la clase de esta misma noche. Todo eso, a veces, conspira con el disfrute.
¿No escucho podcasts en nuestro idioma para pasarla bien? Pero claro que sí, por supuesto. Son decenas… básicamente casi todos los que pasaron dos o tres veces por estas líneas están (salvo novedad, estreno u oportunidad de repasarlos) en la categoría de escucha libre. No voy a dar nombres pero paso buena parte de mis años con esos programas. Ahora, a los bifes (al fin hermanoooo, ¡¡cuatro párrafos!!): me metí a full con podcasts en inglés, me puse a escucharlos por primera vez, a reescucharlos, a ver qué pasa con series o episodios que me son nuevos o a los que me gusta volver. Así que ahí vamos, entonces, con La Traición:
Dejando de lado algunas experiencias malardas, me voy a centrar en dos podcasts del querido Dan Taberski. Por un lado, la joya, Missing Richard Simmons. Por otro, la decepción, Surviving Y2K.
🎧Escuchar en: Spotify y otras opciones.
🎧Escuchar Surviving Y2K en: Spotify y otras opciones.
Podría replicar los gustos de Nick Quah con algún aderezo y opinión personal. Podría hacer versiones comentadas de los mejores podcasts del año del New Yorker. Pero ya existe quien hace eso en español y no le veo valor agregado: siempre es mejor leer las publicaciones originales (si no manejamos English, con un traductor).
Toda esta introducción para contar algo: en mi descanso escucho podcasts en inglés. Narrativos, documentales, algún true crime (me siguen costando, siempre demasiado ketchup), de vez en cuando ficciones. Me sirve para limpiar la cabeza, para acomodar la vara (?), para escuchar podcasts por puro placer. Porque, claro, trabajo de esto y, además de tener mucho respeto por mi tiempo libre (como trabajador freelance soy un nazi de las horas de descanso), la obligación y la necesidad muchas veces compiten con el placer. Tener que llegar a una deadline, correr con alguna escucha, manijearme con un estreno o adelanto, armar algo fabuloso y genial que se me ocurrió para… la clase de esta misma noche. Todo eso, a veces, conspira con el disfrute.
¿No escucho podcasts en nuestro idioma para pasarla bien? Pero claro que sí, por supuesto. Son decenas… básicamente casi todos los que pasaron dos o tres veces por estas líneas están (salvo novedad, estreno u oportunidad de repasarlos) en la categoría de escucha libre. No voy a dar nombres pero paso buena parte de mis años con esos programas. Ahora, a los bifes (al fin hermanoooo, ¡¡cuatro párrafos!!): me metí a full con podcasts en inglés, me puse a escucharlos por primera vez, a reescucharlos, a ver qué pasa con series o episodios que me son nuevos o a los que me gusta volver. Así que ahí vamos, entonces, con La Traición:
Dejando de lado algunas experiencias malardas, me voy a centrar en dos podcasts del querido Dan Taberski. Por un lado, la joya, Missing Richard Simmons. Por otro, la decepción, Surviving Y2K.
El bueno de Richard
De todos los podcasts que no había escuchado, este lo consideraba mi principal faltante histórico. Es difícil entrarle a algo que uno postergó tanto tiempo, que se encara con muy alta expectativa y que las cosas resulten bien. El tema es cuando las cosas resultan excelentemente bien. Missing Richard Simmons entró, hace unos días, en mi olimpo personal. Al eje central de esta historia no lo conocía más que de nombre: Richard Simmons hizo un carrerón con clases de gimnasia, venta de VHS, programas de TV, charlas motivacionales, programas infomerciales y más. En EE. UU. no hay nadie que no lo conozca como la estrella que fue. Las palabras enérgico e histriónico podrían venir con su fotito en el diccionario (también otras: intenso, manija, fit). En un momento de alta fama, viviendo la vorágine que siempre fue su vida… de repente no apareció más. Lo que se dice de la noche a la mañana. Se quedó en su casa, adiós clases y nadie supo más de él. Dan Taberski, además de host y realizador de este podcast (junto a su productor estrella Henry Molofsky), era habitué de la clase de Simmons en Beverly Hills. Ese conocimiento personal, del propio Richard como de muchas de las personas entrevistadas a lo largo de la serie, suma mucho, muchísimo a la historia. Y suma tanto que —llegada la hora de cerrarla— en ese tono personal y en las reglas narrativas construidas por Taberski para contarnos la desaparición de Simmons, lo que va encontrando, las personas que escuchamos y conocemos, es donde aparecen las respuestas. Sin spoilers: el final de este podcast no es lo que parece que va a ser promediando la escucha. Pero en el tono y en las reglas de la historia (insisto), mientras van pasando los testimonios y vamos entendiendo parte de lo que pasó, están las respuestas. Y cuando termina… termina y está todo bien. De hecho, 18 meses después, lanzaron un episodio extra totalmente innecesario: en el desarrollo de los seis capítulos originales de Missing Richard Simmons está todo. Hay misterio, hay alegría, hay sufrimiento, hay amor, conocemos vidas insólitas, entendemos cómo mucha gente se salvó (en todo sentido) y la decisión que tomó el gran Richard.🎧Escuchar en: Spotify y otras opciones.
Quién dijo que es fácil
No todo lo que brilla es oro. Y no todo lo que sale de la creatividad y el laburo de Taberski camina igual. La premisa es buenísima: repasar, de maneras insólitas y profundas, todo el delirio del Y2K. Esa supuesta falla que podían tener todas las computadoras al mismo tiempo al procesar el primer día del nuevo milenio: el 1° de enero de 2000. El recorrido previo, los preparativos, los personajes: está todo ajustado, muy por encima de una historia promedio. El 31 de diciembre de 1999, lo que pasó el día después: muy bien narrados. Todo tiene una onda bárbara, realmente Dan Taberski puede contarnos cualquier cosa y el nivel de gracia y manija que le pone es superior. Pero algo no cuadra, las historias no terminan de ser interesantes, las idas-y-vueltas por la cronología no ayudan, algunos personajes/personas entrevistadas funcionan pero no tanto y... termina no pasando nada. El de Richard Simmons tampoco tiene un final pero las cosas cuadran. Acá tenemos una muy buena historia personal (el propio host tuvo un quiebre en su vida al cambiar de milenio), la secuencia del robo de banco + toma de rehenes es una sorpresa en la serie (y funciona once puntos, creo que es el pico) pero esto no es fácil y lograr la magia a veces va más allá de lo planeado y ejecutado. En su momento, habrá sido por 2019, había empezado esta serie y la dejé. El tema me recontra interesa, esta vez llegué más lejos (hasta el final) pero con gusto a poco. Si vas a meterte a pleno en el Taberski World recomiendo el de Simmons, que saltees este y sigas con el excelente Running from COPS.🎧Escuchar Surviving Y2K en: Spotify y otras opciones.