Vamos a mostrar las entrañas de esta reseña desde el principio: por diversos motivos, Los Guardianes de la Espada se me apareció en incontables situaciones este año. Fue parte de charlas, de comentarios, de recomendaciones, lo tratamos en clases, conversé con las personas que lo hicieron.
Una capa de complejidad, nos lleva a otra capa de complejidad y a otro capítulo. Debemos notar aquí que, hilando fino, algunos capítulos podrían ser más cortos (el tercero, si bien es muy interesante el recorrido por la figura de Bolívar en la historia colombiana) o más bien parece que contienen dos subtemas principales en una misma unidad (el último, que claramente llega a un remate… y tenemos 20 minutos más, muy entretenidos, con el cierre circular de la historia). ¿Podría este podcast tener 8 capítulos en lugar de 6? ¿Y de esa manera que la duración de los mismos sea más pareja, promediando 30 minutos? Seguramente, a la vez estaría más estandarizado y no estoy seguro si es lo que necesitamos en el podcast de hoy. Dejo ahí mis dudas, para este programa y para otros.
Es interesante todo el recorrido para oídos no colombianos, y creo que es mayormente entendible (salvo complejidades solo aprehensibles conociendo profundamente la historia y la política de ese país), por la dinámica, por las reflexiones y los hechos que coinciden muchas veces con momentos históricos de otros países de la región. La relación/inspiración de lo que ocurre con la espada de Bolívar y lo que pasó en 1963 con el sable de San Martín en Buenos Aires, los nombres de las grandes figuras que formaron parte de la orden de Los Guardianes de la Espada (políticos, poetas, escritores, las Madres, ¡Fidel!) y —por acotar la lista de ejemplos— los vínculos involuntarios de la ceremonia de posesión de mando de Petro con otras también especiales ocurridas en varios países, ponen a este podcast en un lugar distinguido, entre otras historias demasiado latinoamericanas para ser ciertas. Así vivimos, lo que se aburren en otros continentes no tiene nombre…
"(…) un podcast sobre cómo la historia de un objeto de museo cambió la historia de un país. Es una historia sobre los símbolos que creamos y su poder que, a menudo, deja estelas de sangre. Es una historia sobre la historia, sus secretos y cómo la usamos como arma para defender todo tipo de ideologías. Es la historia de cómo se construyen leyendas en América Latina y cómo un objeto que creemos conocer es, en realidad, un completo misterio”.
Los Guardianes de la Espada, además, no es otro caso como GAL: El Triángulo o el del Yunque, podcasts en los que una bestial cantidad de datos y nombres nos generan confusión y somnolencia. En buena parte porque se nota que en un punto entendieron que esta historia tendría decenas de nombres (que no se pueden retener ni en podcast ni en ningún formato, seamos sinceros) y que lo que importaba era qué nos decían las personas sobre la espada, su historia y su simbología. Optaron por los testimonios cualitativos por sobre la acumulación de voces, un camino posible a la hora de diseñar una producción.
Las reconstrucciones le dan un plus a la historia: la de la ceremonia de posesión de mando (en el inicio y en el cierre de la serie), las de las situaciones que pasó la espada (en manos de los muchachos espadachines del M-19 o para salir de su descanso actual en un museo) y en particular la de la ridícula situación del robo que tiene aires tanto de peli de espionaje —de Leslie Nielsen— como de alguna de las novelas de la época del boom latinoamericano.
La música original —Cóndor de Jardín Láser— hace las veces de cierre de los episodios como de síntesis poética de la historia. También la vamos a dejar por acá, para finalizar este análisis:
Los Guardianes de la Espada: los objetos nos dicen muchísimas cosas
¿Adónde va esta introducción? Quiero decir que, en general, el proceso de escribir una reseña es más bien el opuesto al de hoy: llego a un podcast, pasa los diversos filtros, queda seleccionado, lo escucho, tomo apuntes en papel (a veces en notas de voz), luego hay un par de versiones en texto y sale finalmente en este newsletter. El proceso es lentísimo y a la vez hace que las cosas salgan (cuando se lo conté a un amigo periodista, con mucha cancha en redacciones, quedó indignado por lo elefantiásico y torpe del método). Con Los Guardianes de la Espada —entonces— llego haciendo el proceso inverso: ya hablé, ya expuse, ya comenté, estuvo entre los finalistas del Premio Gabo de este año, lo debatimos y sé lo que piensan quienes lo hicieron. Vamos con la reseña, al fin, que tendrá ciertas particularidades…La zona de interés: política e historia
Es muy difícil que te enganches y te conviertas en fan de Los Guardianes de la Espada si no te interesan la política y la historia. Vamos a decirlo sin vueltas, tendrás decenas de podcasts para escuchar en tu app. Pero pero pero… si sos (como yo) de las personas que siguen la política casi todo el tiempo (en tu país o en otros), que conversa y piensa y analiza y lee esto que pasa cada día pero también los cómo llegamos hasta acá más tooodo lo relacionado a la historia, tengo una buenísima noticia: este podcast es para vos y te va a llevar por un recorrido impensado, divertido (volveremos sobre esto), con notables entrevistas, linda música y de corte bien podcastero, agotando hasta el último recoveco de esta historia. Para este nivel de profundidad, nerdismo y obsesión periodística es que existen los podcasts. Viva.El tono: fresco mata prolijo
Voy a copiar, textual, algo que anoté cuando escuché este podcast—no la primera sino la segunda vez—: Es reflexivo sin ser solemne. Habla de historia sin ser pesado. Habla de política colombiana sin ser crudo. Todo lo hace una narración muy lograda, muy trabajada (según contó gentilmente en una charla Sara Trejos, cuando nos visitó en la Diplomatura de UNRaf hace dos meses) de María del Mar Ramón—también encargada de la idea y el guion de este proyecto. Si nos sorprendemos en los momentos en que la narradora se sorprende, si nos reímos de las situaciones algo ridículas por las que pasó la espada, si esos comentarios mirando con distancia lo narrado funcionan como lo hacen, es que la tarea de guion+narración está recontra cumplida. Tendrá cosas por pulir, en algún pasaje, en alguna toma, pero vamos a tener la gracia y la frescura (qué adjetivo raro) de nuestro lado en todos los capítulos de Los Guardianes de la Espada. Y necesitamos, en el futuro, más historias contadas así por María del Mar.Disparadores, profundidad y capas
En Los Guardianes de la Espada hay un recorrido. Como decíamos antes: con un nivel de profundidad podcastero (esto es lo que hacemos). Y es interesante señalar cómo está construido: arrancan en la particular ceremonia de posesión de mando de Gustavo Petro, primer presidente colombiano de izquierda. Allí ocurre algo particular —ocurren varias cosas particulares pero escuchá el podcast— y desde ese punto de largada la historia se empieza a desarmar/expandir en capas.Una capa de complejidad, nos lleva a otra capa de complejidad y a otro capítulo. Debemos notar aquí que, hilando fino, algunos capítulos podrían ser más cortos (el tercero, si bien es muy interesante el recorrido por la figura de Bolívar en la historia colombiana) o más bien parece que contienen dos subtemas principales en una misma unidad (el último, que claramente llega a un remate… y tenemos 20 minutos más, muy entretenidos, con el cierre circular de la historia). ¿Podría este podcast tener 8 capítulos en lugar de 6? ¿Y de esa manera que la duración de los mismos sea más pareja, promediando 30 minutos? Seguramente, a la vez estaría más estandarizado y no estoy seguro si es lo que necesitamos en el podcast de hoy. Dejo ahí mis dudas, para este programa y para otros.
Es interesante todo el recorrido para oídos no colombianos, y creo que es mayormente entendible (salvo complejidades solo aprehensibles conociendo profundamente la historia y la política de ese país), por la dinámica, por las reflexiones y los hechos que coinciden muchas veces con momentos históricos de otros países de la región. La relación/inspiración de lo que ocurre con la espada de Bolívar y lo que pasó en 1963 con el sable de San Martín en Buenos Aires, los nombres de las grandes figuras que formaron parte de la orden de Los Guardianes de la Espada (políticos, poetas, escritores, las Madres, ¡Fidel!) y —por acotar la lista de ejemplos— los vínculos involuntarios de la ceremonia de posesión de mando de Petro con otras también especiales ocurridas en varios países, ponen a este podcast en un lugar distinguido, entre otras historias demasiado latinoamericanas para ser ciertas. Así vivimos, lo que se aburren en otros continentes no tiene nombre…
Cumplir lo prometido: la descripción
Voy a apelar a tu honestidad: ¿Cuántas veces leés la descripción de un podcast después que terminaste de escucharlo? Calculo que entre pocas y ninguna (también arriesgo que mucha gente tampoco la lee antes de dar play). Por supuesto yo tampoco, con contadas excepciones y esta es una. Voy a cometer el exceso de copiarla aquí abajo, por el siguiente motivo: pocos podcasts cumplen lo prometido en su descripción como Los Guardianes de la Espada. No hay humo, no hay grandilocuencia y hasta me animaría a decir que hay cero marketing. Nos dan 100% esto:"(…) un podcast sobre cómo la historia de un objeto de museo cambió la historia de un país. Es una historia sobre los símbolos que creamos y su poder que, a menudo, deja estelas de sangre. Es una historia sobre la historia, sus secretos y cómo la usamos como arma para defender todo tipo de ideologías. Es la historia de cómo se construyen leyendas en América Latina y cómo un objeto que creemos conocer es, en realidad, un completo misterio”.
Ritmo, música y reconstrucción
Vamos llegando al cierre de la reseña, dejamos lo mejor para el final. El ritmo que marca su narradora —María del Mar Ramón— hace que todo lo que nos cuentan, que todos los recovecos de la historia en los que nos meten, que las entrevistas y los nombres, estén hilados, sean llevaderos. Sinceramente no sé qué hace en Futurock (ella vive en Argentina, hace años) porque no escucho la radio, tampoco sé cuánto trabajaron este tono (me contaron una parte) pero está logradísimo: es por acá, totalmente por acá.Los Guardianes de la Espada, además, no es otro caso como GAL: El Triángulo o el del Yunque, podcasts en los que una bestial cantidad de datos y nombres nos generan confusión y somnolencia. En buena parte porque se nota que en un punto entendieron que esta historia tendría decenas de nombres (que no se pueden retener ni en podcast ni en ningún formato, seamos sinceros) y que lo que importaba era qué nos decían las personas sobre la espada, su historia y su simbología. Optaron por los testimonios cualitativos por sobre la acumulación de voces, un camino posible a la hora de diseñar una producción.
Las reconstrucciones le dan un plus a la historia: la de la ceremonia de posesión de mando (en el inicio y en el cierre de la serie), las de las situaciones que pasó la espada (en manos de los muchachos espadachines del M-19 o para salir de su descanso actual en un museo) y en particular la de la ridícula situación del robo que tiene aires tanto de peli de espionaje —de Leslie Nielsen— como de alguna de las novelas de la época del boom latinoamericano.
La música original —Cóndor de Jardín Láser— hace las veces de cierre de los episodios como de síntesis poética de la historia. También la vamos a dejar por acá, para finalizar este análisis:
Son 6 capítulos de entre 23 y 50 minutos.
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