Volvemos a este podcast estrenado en 2024 para destacarlo y para comentar un par de cosas que me ha disparado la escucha. El Último Comandante es una miniserie de la productora colombiana La No Ficción, dentro del podcast nave-insignia de la casa: Un periódico de ayer. Son cinco episodios, unas dos horas la escucha total.
Desde lejos, vale decir, es impactante seguir descubriendo toooodo lo que pasó en Colombia en los años de conflicto armado interno. Este asesinato, en un vuelo comercial, durante una campaña presidencial y con una crudeza pocas veces vista, está impecablemente narrado en el episodio. Destaco que las grabaciones de noticieros de la época, además de notable textura sonora, aportan dramatismo: en las voces de aquellos periodistas se oye la gravedad de la situación.
El segundo episodio, El Terco, es la biografía de Pizarro: una vida lógicamente extensa, con de todo, en la que pasó por el convento, la universidad, la lucha armada y la política. La cronología vuela, hay cantidad de audios de archivo (viva) y en algo más de media hora podemos tener una idea de la intensa vida del “comandante papito” (apodo que recibió Pizarro por su pinta, facha, apariencia). Es fácil perderse en este tipo de narraciones: no me pasó en este caso y eso es destacable.
En el tercero se narra el complejo proceso del M-19 encarando el desarme, la paz, el pasaje a la vida política. Es imposible entender esto cabalmente desde fuera de Colombia (como argentino que escuchó mucho podcast sobre el tema pienso, quizás errando, que estoy un poquito más cerca) pero la seriedad de la investigación y la precisión de la narración creo que nos acercan a cómo fue el proceso. Difícil, trabado, negociado, con errores y aciertos. Del episodio destaco los audios de archivo de la campaña presidencial y la narración de la escena en la que el desarme se hizo acto, se concretó ante la prensa y el pueblo. Y, por sobre todo, el audio final del episodio: el propio Carlos Pizarro, en una entrevista, respondiendo sobre qué pasaría si atentan contra su vida…
En el cuarto, y anteúltimo, nos vamos para otros rumbos, siguiendo al otro personaje clave de esta historia: el sicario. La investigación, con la ayuda de Álvaro Guerrero, se centra en el sicario: Gerardo “Jerry” Gutiérrez Uribe. La reconstrucción de cómo llegó a asesinar a Pizarro es muy buena: la escuela de sicarios, los otros formados allí, sus pasos previos en Bogotá, su llegada al avión… y el hecho.
La No Ficción, con esta serie así como con todo lo elaborado en Un periódico de ayer (y en sus otras producciones: hay siempre un sello de la casa), es referente de cómo hacer periodismo en audio hoy en Iberoamérica. En una lista en la que —a veces por pereza— se dan siempre los mismos nombres (Radio Ambulante, Las Raras: referentes clave), me gustaría poner a La No Ficción junto con De eso no se habla, El Extraordinario, Esto no es radio y Anfibia Podcast, como ejes del periodismo sonoro de los últimos años.
Y le digo ascético al estilo, por buscar una forma de decir esto: cuando el periodismo está bien trabajado, cuando las historias están tan bien investigadas, escritas y producidas como suele ocurrir con las de La No Ficción, no hace falta diseño sonoro, no hacen falta grabaciones de campo, no hace falta música original ni nada. Me gusta más cuando esos elementos se agregan (si se potencia la narración) pero también debo reconocer que esto del periodismo hard rock es atractivo y funciona perfecto. ★
La muerte y la vida
Este programa trata sobre Carlos Pizarro, el último comandante del M-19, una guerrilla colombiana que hizo todo el recorrido para desarmarse, hasta convertirse en un partido político (a grandes rasgos, no se enoje nadie que lea desde Colombia), buscando la paz. No hay muchas sorpresas ni spoilers: el primer episodio, titulado El Asesinato, cuenta cómo mataron a Pizarro. Un acto de campaña, en aquella sangrienta previa de las elecciones de 1990, un viaje en avión a Barranquilla... y se suceden los hechos. La narración del episodio, en prácticamente 14 minutos (si descontamos el aviso del inicio y los créditos al cierre), es una piña, una bomba, tiene una dinámica impresionante. Se nota la mano de Juan Serrano en la edición de guion de esta serie, el sello de la casa, y la enorme labor de producción y narración (doble comando) de Víctor Cabezas Albán y Natalia Chavarro.Desde lejos, vale decir, es impactante seguir descubriendo toooodo lo que pasó en Colombia en los años de conflicto armado interno. Este asesinato, en un vuelo comercial, durante una campaña presidencial y con una crudeza pocas veces vista, está impecablemente narrado en el episodio. Destaco que las grabaciones de noticieros de la época, además de notable textura sonora, aportan dramatismo: en las voces de aquellos periodistas se oye la gravedad de la situación.
El segundo episodio, El Terco, es la biografía de Pizarro: una vida lógicamente extensa, con de todo, en la que pasó por el convento, la universidad, la lucha armada y la política. La cronología vuela, hay cantidad de audios de archivo (viva) y en algo más de media hora podemos tener una idea de la intensa vida del “comandante papito” (apodo que recibió Pizarro por su pinta, facha, apariencia). Es fácil perderse en este tipo de narraciones: no me pasó en este caso y eso es destacable.
La paz y el sicario
Voy más rápido (la idea es que escuches todo) con los episodios 3-4 de la miniserie:En el tercero se narra el complejo proceso del M-19 encarando el desarme, la paz, el pasaje a la vida política. Es imposible entender esto cabalmente desde fuera de Colombia (como argentino que escuchó mucho podcast sobre el tema pienso, quizás errando, que estoy un poquito más cerca) pero la seriedad de la investigación y la precisión de la narración creo que nos acercan a cómo fue el proceso. Difícil, trabado, negociado, con errores y aciertos. Del episodio destaco los audios de archivo de la campaña presidencial y la narración de la escena en la que el desarme se hizo acto, se concretó ante la prensa y el pueblo. Y, por sobre todo, el audio final del episodio: el propio Carlos Pizarro, en una entrevista, respondiendo sobre qué pasaría si atentan contra su vida…
En el cuarto, y anteúltimo, nos vamos para otros rumbos, siguiendo al otro personaje clave de esta historia: el sicario. La investigación, con la ayuda de Álvaro Guerrero, se centra en el sicario: Gerardo “Jerry” Gutiérrez Uribe. La reconstrucción de cómo llegó a asesinar a Pizarro es muy buena: la escuela de sicarios, los otros formados allí, sus pasos previos en Bogotá, su llegada al avión… y el hecho.
Justicia atascada
Para el final, El Último Comandante nos propone ir a fondo con el caso judicial. La investigación del podcast, mega profunda, bien contada, agotando todas las instancias… es la contracara de la investigación real: llena de dilaciones, intereses, movidas judiciales y corrupciones. Conocemos todo lo que se sabe en términos de autores materiales y las dificultades que enfrentan casos como este para llegar a los autores intelectuales. Una historia muy colombiana, que a la vez es también muy latinoamericana. Nuestra verdadera Patria Grande: la justicia demorada ad infinitum.La No Ficción, con esta serie así como con todo lo elaborado en Un periódico de ayer (y en sus otras producciones: hay siempre un sello de la casa), es referente de cómo hacer periodismo en audio hoy en Iberoamérica. En una lista en la que —a veces por pereza— se dan siempre los mismos nombres (Radio Ambulante, Las Raras: referentes clave), me gustaría poner a La No Ficción junto con De eso no se habla, El Extraordinario, Esto no es radio y Anfibia Podcast, como ejes del periodismo sonoro de los últimos años.
El sello LNF: periodismo ascético
Cierro esta extensa reseña reflexionando sobre el estilo, sobre ese sello de la casa. Intentaré profundizar en los cómos de una forma de hacer de La No Ficción: lejos de los estilos de otras producciones de no-ficción en nuestro idioma, como algunos bien voladores-y-diseñados (La Fucking Condición Humana) u otros con mucha grabación de campo (Las Raras, De eso no se habla), acá la importancia está focalizada en las voces, en los testimonios, en el guion y en lo que llaman el tape. Todo lo que se oye, dicho por hosts o personas entrevistadas o audios de archivo está prolijamente elegido, afilado, editado. Que se entienda: en los otros ejemplos también pero acá es el mentado sello. Tenemos episodios extensos, como el segundo o el quinto de El Último Comandante (donde nos presentan mucha información, no nos perdemos y las cosas quedan claras), y tenemos episodios breves, de impacto, como la piña del episodio inicial de esta miniserie.Y le digo ascético al estilo, por buscar una forma de decir esto: cuando el periodismo está bien trabajado, cuando las historias están tan bien investigadas, escritas y producidas como suele ocurrir con las de La No Ficción, no hace falta diseño sonoro, no hacen falta grabaciones de campo, no hace falta música original ni nada. Me gusta más cuando esos elementos se agregan (si se potencia la narración) pero también debo reconocer que esto del periodismo hard rock es atractivo y funciona perfecto. ★
(ojo al piojo: está en el feed de Un periódico de ayer;
yendo hacia atrás, por febrero de 2024 está el primer episodio)
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